¿Tengo que quedar primero siempre para ganar?

A veces, los podios se invierten y la sensación de subirse al primer puesto la tiene el que quedó tercero o la sensación de subirse al segundo puesto la tiene el que quedó primero. Los podios solo es un representación física, histórica y necesaria de conmemorar a los 3 o 4 mejores, pero actualmente para algunos las medallas valen poco y se quedan las experiencias.

Hemos estado viendo ejemplos de primeros puestos sin serlo, así como Croacia en el mundial 2018, una selección «pequeña” sub-campeona del mundo, una selección sin marketing y sin jugadores franquicias, sin publicad, ni alardes, se plantaron frente al mundo y se levantaron frente a la caída en el mundial de 2014, hicieron su fútbol, su juego y enamoraron a la gente que quiso que una selección pequeña hiciera historia, un ejemplo de segundo puesto que sirvió para poner a Croacia en el mapa de selecciones importantes. Así como Japón que disputó un gran mundial, pasó a octavos de final demostrando un juego magnífico pudimos ver y conocer a muchos jugadores nipones desconocidos, pero quizás su primer puesto fue enseñar al mundo lo bonito de ser humilde, cuando perdieron y recogieron el estadio y el vestuario , colocando una nota que ponía “Gracias”, eso es una victoria, un primer puesto.

 

Hace unos días la selección femenina de Baloncesto, bronce del mundial, increíble la selección, lo celebraron como un oro, a veces ver celebrar este tipo de terceros puestos nos hace olvidarnos de quien quedó primero y segundo, porque sabemos lo que ha costado, sabemos la importancia de esa medalla y lo que conlleva, la selección fue líder de audiencia en la cadena de Teledeporte, desbancando hasta la Fórmula 1, eso también es un oro, un oro para el deporte femenino.

Ana carrasco primera mujer en ganar un mundial de motociclismo, esto si que es un ejemplo de oro primer puesto.

A veces, nosotros vemos los juegos olímpicos o los mundiales y no vemos mas allá de los resultados, quizás los deportistas que están ahí ya han ganado simplemente por le hecho de estarlo o por clasificarse para estarlo, el proceso, la experiencia o la satisfacción de haber hecho las cosas bien también son medallas invisibles. Es importante para la salud mental de los deportistas que entiendan el proceso como un triunfo, que se ganen experiencias, aprendizajes y amistades, es importante intentar que el camino también se convierta en una meta.

¿Qué tiene de positivo en la Psicología del deporte que los deportistas ganen en el proceso? ¿Tienes que quedar primero para ganar siempre? ¿Qué otras cosas ganamos cuando competimos?

Al hacer del camino una meta también, el final no importa tanto como las pequeñas victorias diarias. Por lo tanto, hacemos más hincapié en los objetivos a corto plazo, vivimos el día a día, nuestras semanas se convierten en pequeños retos superados o por superar, nos vamos preparando poco a poco para cualquier circunstancia, hacemos de la rutina algo que ganar. Confiamos más en nosotros y en el proceso, en las personas que están en el camino que nos lleva al objetivo, utilizamos la visualización como medio para superar la semana o el día siguiente, si nos marcamos metas pequeñas estamos más motivados y preparados para las metas grandes. Con pequeños retos superados tenemos más autoestima lo que nos sirve para continuar el proceso sobrellevando mejor algunas adversidades y recaídas, ya que entendemos que son normales, “una piedra en el camino”. Somos más realistas con los futuros resultados, los pequeños pasos hacen que solo mires los tuyos y te esfuerces en dar el siguiente. Siendo conscientes del proceso estamos más capacitados mentalmente para el objetivo final que es por ejemplo un campeonato, siendo conscientes del proceso y de nosotros/as mismos, “la hora de la verdad”, es simple paso más junto con los que hemos dado hasta llegar aquí.

Al final, miramos atrás y lo que queda al subirnos (o no) a un podio, es el camino, el proceso, lo que hemos sido, las personas, los días buenos y los días malos, los pensamientos de cuando pensábamos que no podíamos, al final quedamos nosotros/as, con todo lo que nos hemos construido, hay que saber todo esto, para ganar realmente.