Hay muchos monstruos contra los que luchar en un campo de fútbol. Contra muchos de ellos aún seguimos luchando, pero hay unos monstruos que surgen aunque hayamos vencido a otros.
Muchos entrenadores y entrenadoras se visten de superhéroes y tratan de luchar contra ellos, con educación, con valores, con valentía, con el trabajo bien hecho, con empatía, con paciencia, con humildad y con constancia. Pero, como ya he dicho antes, nacen nuevos monstruos en los terrenos de juego…
¿Cómo le explicas a unos niños y niñas de 6 ,7 u 8 años que acaban de llevarse una goleada? ¿Dónde dejas frases como: “hay que venir a divertirse y pasarlo bien” o ”hay que saber cómo perder pero también cómo ganar”? ¿Dónde están los valores a los que tanto nos aferramos cuando queremos ser “de cara para fuera” buenos clubes?
Me cuesta creer en la empatía de los entrenadores cuando dejan que su equipo de benjamines u alevines marquen 15, 20, 25 goles al contrario, me cuesta creer en todo lo que queremos trabajar y por lo que hemos estado luchando. No me imagino el sentimiento del equipo contrario, cómo se van esos niños y niñas a casa, con esa sensación qué les acompaña. No me imagino cómo se sentirá el entrenador del equipo contrario cuando todas las miradas le busquen y el no sepa responder, si no bajando los brazos.
¿Qué les dices en el vestuario? ¿Qué palabras usas para que no se vayan a casa con la ilusión goleada y por los suelos? Quizás mismas preguntas sin respuesta que goles marcados, una moneda con dos caras, una balanza que solo tiene peso en un lado. Ganarle a unos niños y niñas de 20-0, es una nueva forma de humillar, es otra forma de no saber ganar, es otra forma de aburrirse divirtiéndose.
Lo peor es que a partir de cierto número de goles en contra, los niños y niñas empiezan a perder más que un partido, empiezan a perder ganas, fuerzas, autoestima, autoconcepto, visión del juego, cohesión grupal, imagen de equipo, empiezan a ganar en frustración, en tristeza, y en desilusión. Lo peor es que a partir de cierto número de goles a favor, los niños y niñas empiezan a ganar más que un partido, ganan en prepotencia, en ego, y empiezan a perder en valores, en humildad , en respeto por el rival y en empatía.
Nosotros los entrenadores y entrenadoras tenemos el deber de educar de forma sana a nuestros jugadores y de vencer todos esos monstruos que nos quieran atacar, y lo mejor de todo es que sabemos como vencer y podemos hacerlo fácilmente.
Si ya vas ganado un partido ¡para antes de que todos pierdan!, disfruta de tu rival, déjalo jugar, déjalo divertirse, aprende tu también , cambia a tus jugadores pon al portero de delantero, al defensa de portero, ¡lo que quieras!, ¡Diviértete con tu equipo, pero no con el rival!
Sonia Castro
Psicóloga y entrenadora ADFC Padre Anchieta